Luego de abandonar los geysers de El Tatio, hacer unas fotografías a las vicuñas nos dirigimos de regreso a San Pedro, el paisaje no cambia mucho, la cordillera parece acompañarnos en todo el trayecto y se ve tan cerca que parece a nuestro alcance de la mano, los cerros y explanadas se cubren de un verde amarillento por las diminutas plantas de coirón...
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